viernes, 7 de marzo de 2014

Severino Flórez Montero



SIRA: ¡Por Cástor que viven  bajo una ley dura las mujeres y con mucha más injusticia, desgraciadas, que  los hombres! En efecto, si un hombre se junta con una mujerzuela a escondidas y la mujer se entera, el hombre queda impune. Pero si la mujer sale de casa a escondidas con un hombre, el hombre la denuncia y es repudiada. ¡Ojalá hubiera una misma ley para la mujer y para el hombre!
En efecto, la mujer que es buena está contenta con un solo hombre ¿Cómo no estaría contento el hombre con una sola mujer? Por Cástor, si se hiciera lo mismo con los hombres, cuando alguno se trajera a una mujerzuela a escondidas, que cuando aquellas incurren en falta, habría más hombres  sin mujer que ahora mujeres sin hombre. (PLAUTO. Mercator 817)

La mujer libre romana estaba sometida a su padre o a su marido y carecía de derechos políticos. Las niñas tampoco recibían la misma educación que los niños, raramente iban a la escuela media y nunca a la superior, aunque algunas alcanzaron un alto nivel cultural gracias a preceptores particulares.
A pesar de todo esto, la mujer disfrutaba de una gran consideración dentro de la familia y desde la época imperial disponía de un grado de libertad, mayor que las mujeres de otras sociedades de la antigüedad. Llevaba una intensa vida social propia (salía a comprar, participaba en banquetes e incluso trabajaba en oficios que no se consideraban femeninos) y acompañaba al marido a actos oficiales o espectáculos.
En el siglo II a.C. Cornelia fue un modelo de matrona romana. Permaneció fiel a su marido Tiberio Sempronio Graco. Se preocupó especialmente de la educación de sus hijos y, a través de estos, tuvo una influencia decisiva en la política romana. Recibía a hombres cultivados en sus 'terturlias culturales', sus cartas fueron publicadas y se le erigió un busto en su honor en Roma.
Muchas mujeres tenían acceso a la educación, bien asistiendo a escuelas elementales o por medio de tutores privados. Tampoco es raro, ni está mal visto, que tengan conocimientos de geometría o filosofía.
También Salustio nos habla de una tal Sempronia que presenta multitud de características que parecerían reservadas a los hombres, entre ellas (!) el hecho de que es ella la que solicita o toma la iniciativa con los hombres.
Séneca se queja de que muchas mujeres cuentan los años por sus divorcios en vez de hacerlo por los consulados. Por otra parte Ovidio, en su Arte de Amar muestra que conoce la sexualidad femenina y se preocupa porque también la mujer disfrute en el acto sexual.

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