viernes, 25 de abril de 2014

Comparativa de la religion de Grecia y Roma. Álvaro Moreno 4 E.S.O



La religión Romana y Griega

La religión en Roma durante el periodo republicano e imperial de Roma, los ciudadanos romanos practicaban una religión politeísta (creencia en muchos dioses), muy similar a la religión en la Antigua Grecia. Su religión fue absorbida de los griegos, gracias a los contactos culturales y sus conquistas en la península de los Balcanes. Sin embargo, la religión romana no era, como muchos afirman, una copia de la religión griega. La religión romana incorporo elementos religiosos Etruscos y de otras regiones de la península italiana.
Una práctica religiosa muy común en la Antigua Roma era la existencia de santuarios domésticos, donde se rendía culto a los dioses protectores del hogar y de la familia (dioses lares y penates). Los templos para el culto público a los dioses también fueron construidos en varias provincias romanas. Los rituales religiosos romanos eran controlados por los gobernantes romanos. El culto a una religión diferente al del imperio estaba prohibido y condenado. Los cristianos, por ejemplo, fueron perseguidos y asesinados en varias provincias del Imperio Romano, es por eso que los cristianos realizaron sus cultos, en cuevas o catacumbas romanas.
Muchos emperadores romanos exigieron un culto personal como si fueran dioses.
Esta práctica comenzó a partir del gobierno del emperador Julio César. Con su importante crecimiento en el siglo IV, el Cristianismo pasó a ser considerada como la religión oficial del Imperio Romano. La práctica de politeísmo fue progresivamente abandonada.
Los Dioses romanos eran los mismos a los de Grecia, pero con otros nombres.




Religión de la Antigua Grecia
La Religión de la Antigua Grecia abarca la colección de las creencias y rituales practicados en Antigua Grecia en la forma de prácticas cultuales, homólogas de la mitología griega. En el mundo griego, la práctica religiosa variaba lo suficiente como para poder hablar de religiones griegas.
La sociedad griega antigua era radicalmente diferente de la nuestra. Nuestra palabra «religión» no existía en griego antiguo. Los conceptos que nos sirven para describir los fenómenos religiosos contemporáneos no están adaptados para el análisis de lo que era para los griegos lo divino.
En la religión de Grecia antigua, lo esencial de las creencias y de los ritos se estructuró en el momento en el cual nació, en la Época Arcaica (siglos VIII- VI a. C.), una forma de organización política particular: la polis, que tuvo por consecuencia el redescubrimiento y la difusión de la escritura (h. 800-700 a. C.).
A partir de la Época Arcaica, aparecieron los caracteres dominantes de la religión griega: un politeísmo de nuevas divinidades, de dioses antropomórficos provistos de atributos (rayo, tridente, arco y flechas, égidas, etc.), gozando de poderes pletóricos, teniendo sectores de intervención, modos de acciones propias, y dotadas de mitos. Pero cada una de estas divinidades no existe más que por los lazos que las unen con el sistema divino global.
Los griegos eran politeístas: rendían culto a varias divinidades. Honraban principalmente a los dioses (theoi) y a los héroes. Cada uno de ellos podía ser invocado bajo diversos aspectos en función del lugar, del culto y de la función que cumplía. Estos dioses dotados de poderes sobrenaturales, bajo el mismo nombre, podían presentar una multiplicidad de aspectos. Los epítetos cultuales (las epíclesis), señalaban su naturaleza y su ámbito de intervención. Existía, por ejemplo, Zeus Kéraunos (tonante), Polieo (guardián del orden político, de la polis), Horkios (garante de los juramentos y de los pactos), Ktésios (protector de la propiedad), Herkeios (guardián del cercado, del redil), Xenios (protector de los huéspedes y de los extranjeros). Las otras figuras del panteón griego seguían también este esquema













Comparación entre Dioses griegos y romanos

Dioses de Grecia
 Dioses Romanos
Zeus
Júpiter
Hera
Juno
Poseidón
Neptuno
Atenea
Minerva
Ares
Marte
Artemisa
Diana
Hermes
Mercurio
Dionisio
Baco
Apolo
Apolo
Afrodita
Venus

Comparativa Calendario Helénico, Romano y el actual junto con su evolución. por Severino Florez



Calendario Helénico


La expresión calendario helénico designa los distintos calendarios utilizados durante la Antigua Grecia, entre los cuales el calendario ático* es el más conocido.
También puede referirse a las actividades realizadas por los griegos en el transcurso de un año o de una olimpiada.
Calendario ático:
El año ateniense se componía de 12 meses lunares. Al principio, cada mes contaba con 30 días. En consecuencia, se hizo un ajuste con el ciclo lunar, alternando un mes de 29 días (κοῖλοι μῆνες / koĩloi mễnes) y uno de 30 días (μῆνες πλήρεις / mễnes plếreis). Esto da un año de 354 días, es decir 11 días menos en relación con el año solar. Para remediarlo se intercaló un décimotercer mes de 30 días después de cada segundo año lunar. Es lo que se llama un ciclo «trierético». A cada año de 13 meses se le llama «embolístico», nombre que recibe precisamente del mes que es añadido (mes embolístico).
Encontrándose el año en adelante demasiado lento en relación con el ciclo lunar, otra corrección es aplicada en el siglo V a. C., la del ciclo «octaetérico». En este sistema, el mes intercalar es insertado en un ciclo de ocho años: este periodo de ocho años, cuenta con tres años de trece meses —el tercero, el quinto y el octavo año.
Otros ciclos han sido igualmente considerados en el curso de la historia ateneniense. Así, Metón de Atenas, bajo Pericles, pone a punto un ciclo de 19 años (véase ciclo metónico). Calipo de Cícico, en el siglo IV a. C., inventa por su parte el ciclo de 76 años. Los nombres de los meses están unidos a las divinidades griegas o a las fiestas religiosas. El año comienza cerca del equinoccio de otoño.
CALENDARIO ÁTICO

Nombre
Nombre griego
Significado
Duración
Equivalente
(aprox.)
Fiestas principales

VERANO

hecatombeón
Ἑκατομϐαιών / Hekatombaiốn
«el mes de la fiesta de la hecatombe»
30 días
julio
fiestas de la Paz, Sinoikia, Panateneas

metagitnión
Μεταγειτνιών / Metageitniốn
«el mes de la fiesta de las mudanzas»
29 días
agosto


boedromión
Βοηδρομιών / Boêdromiốn
«el mes de la fiesta de las Boedromías»
30 días
septiembre


OTOÑO

Πυανεψιών / Puanépsiốn
«el mes de la fiesta de las Pianepsias »
30 días
octubre

memacterión
Μαιμακτηριών / Maimakteriốn
«el mes de Zeus Maimaktês (Impetuoso) »
29 días
noviembre


posideón
Ποσειδεών / Poseideốn
«el mes de Poseidón »
29 días
diciembre


El mes intercalar

Se inserta entre poseideon y gamelion. Se llama poseideon ΙΙ (δεύτερος ou ὕστερος), dura 30 días, y es más o menos equivalente a diciembre–enero. Toma el nombre de Ἁδριανιών / Hadrianiốn (mes de Adriano) en honor del emperador Adriano en el siglo II, prueba de la supervivencia de este calendario en la época imperial.

INVIERNO

gamelión
Γαμηλιών / Gameliốn
«el mes de las bodas»
30 días
enero

antesterión
Ἀνθεστηριών / Anthestêriốn
«el mes de las flores », en honor de Dioniso
29 días
febrero

elafebolión
Ἑλαφηϐολιών / Elaphêboliốn
«el mes de Artemisa Elaphêbolos (que persigue a los ciervos) »
30 días
marzo

PRIMAVERA

muniquión
Μουνιχιών / Mounikhiốn
«el mes de Artemisa Muniquia (de la ciudad de Muniquia)»
29 días
abril


Θαργηλιών / Thargêliốn
«el mes de las Targelias, en honor de Artemisa y de Apolo»
30 días
mayo

esciroforión
Σκιροφοριών / Skirophoriốn
«el mes de las Esciroforias » en honor de Atenea»
29 días
junio

El calendario Ático


Calendario Romano

Según la tradición romana, el origen mítico del antiguo sistema para dividir el tiempo se debió al primero de los reyes, Rómulo. Se utilizó en la Antigua Roma hasta el 46 a. C. con la implementación del calendario juliano.
Denominación de los años
Para indicar los años, o fechas, los romanos utilizaban tres procedimientos distintos:
  • Tomaban como referencia el año de la Fundación de Roma el 753 a. C. Ponían la palabra año en ablativo seguido del numeral ordinal correspondiente, también en ablativo, y de la expresión ab urbe condita (desde la fundación de la ciudad). Por ejemplo: Anno trecentesimo quarto ab urbe condita, era el año 304 después de la fundación de Roma (en notación actual 304 AUC), o sea el 449 a. C.
  • En la época republicana ponían en ablativo los nombres de los cónsules que gobernaron en el año que querían fechar. Por ejemplo: L. Domitio Ap. Claudio consulibus, significa en el consulado de L. Domicio y de Ap. Claudio, o sea, el 54 a. C.
  • También utilizaron como referencia para indicar los años el 509 a. C., fecha de la expulsión de los reyes (Post reges exactos)

Denominación de los meses
La denominación de los meses, por orden, era:
  • Martius: en honor a Marte, padre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo, y al que se dedicó el primer mes del año.
  • Aprilis: consagrado a Venus, Apru en etrusco. Otra teoría se refiere a la llegada de la primavera, estación en que se abren (aperire) las flores.
  • Maius: titularidad discutida, ya que algunos afirman que estaba dedicado a la madre de Mercurio, la diosa Maya, que se encargaba de la fertilidad agrícola, mientras otros lo atribuyen a la veneración de los antepasados, los Maiores.
  • Iunius: consagrado a Juno (Iuno). También existe otra posible dedicación a los descendientes, los Iuniores.
  • Quintilis: llamado así por ser el quinto mes (quinque: cinco). A la muerte de Julio César pasó a llamarse Iulius en su honor, por ser el mes de su nacimiento.
  • Sextilis: mes sexto (six: seis). Se dedicó posteriormente a Octavio Augusto y recibió el nombre de Augustus.
  • Septembris: mes séptimo (septem: siete)
  • Octobris: mes octavo (octo: ocho).
  • Novembris: mes noveno (novem: nueve)
  • Decembris: mes décimo (decem: diez)
La siguiente intervención para intentar adecuar el calendario al discurrir de las estaciones la realizó el rey Numa Pompilio, añadiendo, a continuación de la decena ya existente, dos meses nuevos:
  • Ianuarius: en honor a Jano, el dios de las puertas, porque este mes pasó a ser el que abría el año.
  • Februarius: dedicado a Februus (más conocido por el nombre de Plutón), dios de las ceremonias de purificación que se llevaban a cabo en este mes para expiar las culpas y faltas cometidas a lo largo del año que acababa, y para comenzar el nuevo con buenos augurios.
Denominación de los días
Para indicar los días del mes, los romanos tomaban como referencia tres fechas únicas, de las que dos se atrasaban o adelantaban en el día que caían, según el mes de que se tratara: las calendas, las nonas y las idus.
  • Las calendas, (kalendae, -arum). Las calendas eran el primer día de cada mes. De esta palabra deriva calendario.
  • Las nonas, (nonae, -arum). Las nonas eran el día cinco de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre en los cuales las nonas eran el día siete.
  • Los idus, (idus, -uum). Los idus eran el día trece de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre, en los que eran el día quince.
Si querían indicar una de estas tres fechas fijas, la ponían en ablativo junto con el adjetivo del mes correspondiente:
Kalendis Ianuariis, en las calendas de enero (1 de enero),
Nonis Octobribus, en las nonas de octubre (7 de octubre).
Si se trataba de indicar el día anterior o posterior de las tres fechas anteriores, se ponía el adverbio pridie o postridie seguido de la fecha y del adjetivo correspondiente del mes en acusativo. Por ejemplo:
Pridie Nonas Ianuarias, la víspera de las nonas de enero (4 de enero),
Postridie Idibus Octobribus, el día siguiente a las idus de octubre (16 de octubre).
Si se trataba de cualquier otra fecha, se contaban los días que faltaban o sobraban para llegar hasta el más próximo de las tres fechas fijas y se colocaba la expresión ante diem, seguida del número del día correspondiente (expresado en numeral ordinal o en números romanos), del nombre de la fecha fija con la que se relacionaba, y del adjetivo del mes de esta última, todos ellos en acusativo. Para hacer la cuenta también se sumaba el día de la fecha fija.

Denominación de las horas

Los romanos no dividían el día en 24 horas o en 24 partes iguales durante todo el año.
Repartían el tiempo de luz (el día) en doce horas. De esta manera, en verano, las horas resultaban más largas que en invierno. Para medir las horas, utilizaban relojes de sol (horologium, v. reloj de sol), y más raramente de agua (clepsydra, v. clepsidra).
Las horas se expresaban con números ordinales: hora prima, hora secunda, hora tertia, etc. La hora prima era la primera del día, la del amanecer. La hora que marcaba el final del día, la puesta de sol, era la hora duodécima. De la hora sexta, que marcaba el mediodía, procede la palabra siesta.
La noche se dividía en cuatro partes denominadas vigilia: prima vigilia, secunda vigilia, etc. Tenían una duración diferente según fuera la época del año.
Esta distribución en cuatro partes y el propio nombre guardaban relación con los turnos de vigilancia de los campamentos militares. También las unidades de bomberos de Roma, de carácter militar, se denominaban vigiles: cohortes vigilum.
Calendario de misal medieval del mes de junio, usando el calendario romano .


EVOLUCION AL CALENDARIO ACTUAL
En las antiguas civilizaciones se empleaba el calendario lunar para calcular el paso del tiempo. La transición entre un mes y otro la marcaba la órbita de la Luna: cuando esta retornaba a su fase inicial, se daba por concluido dicho periodo temporal. Transcurridos 12 meses lunares, se hablaba de un año completo. Tiempo después, surgió la necesidad de tomar en consideración el paso de las estaciones, y se crearon los calendarios lunisolares, que agrupaban los meses lunares en distintos periodos climáticos.

En el Antiguo Egipto, aparecieron los primeros calendarios solares, que medían el tiempo guiados por el movimiento aparente del Sol. Esta innovación permitía fechar el momento exacto de la crecida del río Nilo, fundamental para una sociedad que vivía de la agricultura. Los astrónomos egipcios sabían que el año duraba 365 días, pero no consideraron esas pocas horas adicionales que no completan un día. El calendario egipcio cargaba por tanto con siglos de desfase, y la oposición religiosa frenaba cualquier atisbo de reforma.

En la época del Imperio romano, el calendario tenía 304 días dispuestos en 10 meses, de modo que los pontífices debían intercalar un undécimo mes cada pocos años para compensar el desajuste temporal. Este, sin embargo, llegó a incrementarse hasta el punto de que el invierno terminó siendo fechado en el otoño astronómico. Julio César, en el año 46 a.c., ordenó una reforma del calendario romano con el fin de ajustar de manera definitiva el año al curso del Sol. El calendario juliano, que retomaba los 365 días divididos en 12 meses del calendario egipcio, fechaba las estaciones y sus fiestas romanas correspondientes concordando con el momento astronómico en el que sucedían. Para contrarrestar el desfase, en lugar de intercalar un mes cada X tiempo, se optó por sumar un día cada cuatro años (incluyendo los seculares), lo que originó el concepto de
año bisiesto. César tuvo que añadir dos meses ese año, sumando un total de 15, para iniciar su reforma sin retraso temporal ninguno. El emperador alteró también el orden de los meses, situando en primer lugar Enero en vez de Marzo y dando lugar así a la distribución del calendario actual.

No obstante, el calendario juliano no logró solventar el problema en cuestión. La regla por la que se regían los años bisiestos generó un retraso de 10 días en el calendario civil respecto al calendario astronómico. El Papa Gregorio XIII dictó, el 24 de febrero de 1582, la bula “Inter Gravissimas”, por la que entró en vigor el calendario gregoriano. Esta establecía que el 4 de octubre de 1582 se daría un salto en el tiempo y se convertiría en el 15 de octubre de 1582. Además, se fijaba que habría un año bisiesto cuando el año en cuestión fuera múltiplo de 4, con excepción de los años múltiplos de 100 (exceptuando a su vez los múltiplos de 400, que sí que serían bisiestos). En total, el calendario gregoriano fijaba 97 años bisiestos cada 400 años, en lugar de los 100 que marcaba el calendario juliano. El calendario se adoptó inmediatamente en los países en los que la Iglesia Católica tenía influencia, mientras que los países protestantes, anglicanos y ortodoxos postergaron su implantación durante años o incluso siglos, e incluso algunos continúan llamándolo "calendario juliano" para no reconocer la autoridad de Roma.

El calendario gregoriano, considerado como oficial a nivel global, no logra tampoco una concordancia perfecta entre año civil y año astronómico, ya que la velocidad de rotación y de traslación de la Tierra se va ralentizando y obliga a revisar las fechas una vez cada 3.000 años.
calendario diseñado por julio cesar en el 46 a.C.